viernes, 17 de febrero de 2012

CORONA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES. SEVILLA.



La corona de salida en la actualidad es la más reciente de todas las que posee esta Imagen, estrenándose en 1970. Es originalísima en su concepción, ideada por el pintor Juan Miguel Sánchez, diseñador igualmente del conjunto de bordados del paso de palio, con el que guarda consonancia en su particular estilo, tan apartado de los utilizados habitualmente en la ejecución de los enseres para las cofradías. Se encargó de su realización el orfebre Manuel Román Seco. Uno de los aspectos en que radica su originalidad está en los materiales empleados, pues junto a la plata sobredorada o en su color se utilizan piedras de zafiro rojo y zirconitas para el adorno de la cruz, así como lapizlázuli y turquesas por todo el conjunto.
El aro está formado por piedras turquesas ovaladas, rodeadas de zirconitas, sustentando el canasto, dividido en ocho parchetes, formados alternativamente por una espiga de trigo y un racimo de vid, motivos eucarísticos. Entre ellos figura una piedra turquesa en forma de flecha apuntando hacia arriba, rodeada también de zirconitas. Sobre el canasto hay cuatro imperiales iguales, en forma de ese, formados por una hilera de turquesas esféricas, y en el centro una cabeza alada de ángel. Convergen en lo que sería la bola del mundo, en este caso plana, decorada con turquesitas y zirconitas, que la rodean a modo de rayos. Sobre todo ello figura la ráfaga, ejecutada por ambas caras, cuya base es una filacteria con la leyenda latina REGINA ANGELORUM, cuyas letras son de lapizlázuli, y en los extremos diez rosetas con turquesas, terminando en ambos lados con la estrella inferior del resplandor. Siguiendo la línea formada por dicha cinta inscrita, parten de ella el conjunto de rayos, estrellas y cruz. Hay por una parte diez conjuntos de rayos plisados, terminados en otras tantas estrellas, que tienen la particularidad de no parecerse en nada a las que se utilizan habitualmente, pues sus ocho extremos de longitud irregular son trapezoidales en lugar de triangulares, por lo que no terminan en punta. Están centradas por una pequeña zirconita.
Intercalándose con los rayos hay otros tantos espacios, ocupados por unas ramas que asemejan ser varas de azucenas, estando la flor que la remata centrada por una pequeña zirconita, y saliendo de su centro los estambres y pistilos que sirven de base a otra estrella, similar a la descrita anteriormente y en esta ocasión de plata en su color, centrada por una turquesa. La parte inferior de las dos azucenas más cercanas a la cruz están ocupadas por unas cabezas aladas de ángeles como las de los imperiales, con fondo rayado de plata en su color, igual a la que sirve de base a la cruz que remata la obra, de forma potenzada, y decorada como se describió al principio con zafiros rojos y zirconitas, rodeada de rayos similares a los de las estrellas.
En cuanto a su simbología diré que las azucenas aluden a la pureza virginal de María, y el color celeste de las turquesas y el lapislázuli es el representativo de la Inmaculada Concepción, de tanta devoción desde antiguo en esta corporación. La leyenda Reina de los Angeles y las cabezas aladas de éstos son alusivos a la advocación de la Imagen.
Sin duda es una obra muy singular, reconocible a primera vista, y único ejemplo de una pretendida evolución que no tuvo continuidad posteriormente, aún tratándose de una pieza muy bella, perfectamente conjuntada con el resto del paso de Nuestra Señora de los Angeles.
Sus medidas son 46 centímetros de altura, 65 de ancho y 16 de diámetro inferior del canasto.

http://sssevillablancoynegro.blogspot.com/2010/05/nuestra-senora-de-los-angeles-1970.html

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